Allá vamos.
Si eres buena, porque eres buena, si eres mala, pues otro tanto de lo mismo…Si haces cosas, que quien te manda a meterte donde nadie te llama, y si no haces nada, de no tener iniciativa de acusarán.
Si quieres ser sincera pero no te lo permiten, (las circunstancias, las personas, el momento), pues que eres falsa o cobarde…, si al final lo eres y te traicionan, ¿qué eres?, ¿tonta, crédula, o quizás inocente?
En ocasiones necesitamos hablar de nuestras cosas con las personas que nos rodean, con personas en las que creemos podemos confiar, personas en las que creemos podemos depositar nuestras cosas; nuestros pensamientos y pesares, un poquito de nosotros mismos, pero al mismo tiempo sientes la duda y te preguntas si es seguro.
A veces no sabe uno con quien se puede ser sincero, claro, sin temor a la traición o a la burla, poder hablar de lo que sientes sin estar constantemente pensando en: de esto si puedo hablar, de esto otro no, a esta persona tal vez, a esta otra seguro que no…
¿No te encantaría ir por la vida sin tener que llevar puesta la coraza de la desconfianza?, a mi ¡SÍ!
Poder confiar y que confíen en ti, poder descargar el peso de tu día a día en alguien por un momento, solo por un ratito, luego ya nos lo volveremos a echar a cuestas y seguiremos adelante, poder tener la certeza de que lo que has o te han contado quedará entre esas ÚNICAS personas y que el nuevo día no traerá desagradables sorpresas a causa de nuestras sinceridades.