Me gusta compartir con las personas que leen este blog cosas que encuentro por Internet y que creo que nos pueden servir a todos de vez en cuando, reflexiones, sentimientos, opiniones o escribir cosas puntuales que quiero compartir con quienes quieran leerlas.
Esta es una de esas ocasiones, de repente mirando a mis hijos jugar en la playa, tuve la necesidad de exteriorizar algo de lo que me hacen sentir. Aunque halla a quien le parezca vanidad, no es mas que amor y orgullo.
Lo primero que quiero decir es, que mis hijos me llenan de orgullo, que también en muchas ocasiones me sacan de mis casillas, no son perfectos, pero para mi son maravillosos.
Me enfado mucho con ellos, les exijo a veces mas de lo que pueden dar y en ocasiones también he sido algo dura, me olvido de que aún son pequeños.
No me canso de decir que quiero que lleguen a ser buenas personas cuando sean un hombre y una mujer, que igual que ahora lo estoy, quiero seguir estando muy orgullosa de ellos.
Para quien no lo sepa, son mellizos, las personas a veces me pregunta que si se llevan bien entre ellos, que si ha sido
duro criar dos bebes juntos y así otras cosas que ahora mismo no recuerdo.
¿A lo de cómo se llevan?, pues igual que todos los hermanos, tienen sus buenos y no tan buenos días, pero al rato ya se han olvidado todo lo que se hacen y a seguir con sus juegos, travesuras y peleas, me duran a mi mas los
enfados que a ellos, (la infancia es maravillosa, por su falta de rencores y por la inocencia que perdemos cuando nos vamos haciendo mayores).
¿Qué si fue duro?, al principio fue un poco difícil, duro no. Era hacer todo a las carreras porque era, el baño ,dar de comer cada tres horas, cambios de pañales, buches, llantos, todo por partida doble. (Que conste, que se que no soy la única que se ha visto en esta situación, pero esta es mi experiencia).
De todo esto, lo mas que he echado en falta, ha sido no tener el tiempo suficiente para disfrutar un poco mas de pequeñas cosas, dedicar mas tiempo a jugar mientras les bañas o cuando les bestia no hacerlo con tantas prisas porque tenía otro bebe esperando.
Estaba deseando que crecieran un poco para que todo fuese mas tranquilo. Y ahora ya tienen 6 años, se me ha pasado el tiempo volando.
Les escucho hablar y me gusta, les oigo como ríen, su felicidad, les veo disfrutar de los juegos, de lo felices que son cuando hacen sus pequeños descubrimientos y me encanta ver y saber que son parte de mi, que han nacido de mi, que son mis hijos.
En los días que desde la ventana me despido de ellos por un ratito, miro como se alejan andando y hablando con quien les acompañe en ese momento y me siento llena de orgullo al verles como han crecido y en lo que se van convirtiendo mis bebes.
Cuando les veo por la noche dormir tan a gusto, les digo que los quiero y les beso. Si me he enfadado durante el día con ellos, esa es la hora de los remordimientos.
Cuando los veo dormir con tanta paz, me quedo mirándoles y deseando que siempre la conserven, que nunca nada ni nadie pueda arrebatársela.
Ahora quiero que el tiempo vaya mas lento que pueda disfrutar de su infancia mas, que no pasen los años tan deprisa.
No se si hay diferencia entre querer o amar, que es mayor, pero cuando pienso en lo que siento por mis hijos, lo que me viene a la mente es que les amo, les amo con toda el alma, con todo mi ser, no puedo imaginar mi vida sin ellos.
Mis hijos son lo mejor que Dios me ha dado en la vida. Y solo le pido que me ayude para saber siempre llevarles por el camino adecuado.