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jueves, 18 de septiembre de 2008

Miedo a dejarles.

Hace poco, en uno de esos momentos que a todos nos da por ponernos a pensar, de pronto, lo primero que me vino a la mente ha sido una pregunta, ¿cual es uno de mis mayores miedos?

Esta es la respuesta.

A morir, no miedo a la muerte, sino miedo a morir siendo mis hijos pequeños y dejarles sin mis cuidados.
Imagino que a muchas madres por no decir a todas, les pasará como a mi, que creemos que como nosotras nadie les cuidará.
Han pasado tantas cosas por mi cabeza que he decidido escribir algunas para sacarlas fuera y desahogarme.
Me he preguntado tantas cosas, ¿como se le puede explicar a niños pequeños que no volverán a ver mas a su mamá?
¿Quién les cuidará como yo?, ¿quién estará para consolarles y quién entenderá las cosas que les ocurren como solo yo se entenderlas?
¿Quién con solo mirarles sabrá lo que les ocurre?

¿Quién va a estar a su lado cuando lloren, y cuando por la noche tengan una pesadilla y me llamen, quién irá a consolarles?

No me considero insustituible ni tampoco imprescindible, solo es que son mis niños y no quiero que nada ni nadie les haga pasarlo mal.
Solo pido, egoistamente lo se, que nunca tengan que pasar por ese mal momento, que les toque cuando sean mayores, ¡muy mayores!


Me imagino como en las películas, no marchándome de su lado hasta estar completamente convencida de que están seguros con quien se hallan quedado y de que no están sufriendo.

Si realmente hay una luz que tenemos que seguir, yo estoy segura, de que tardaré en seguir el camino que me enseñe mi luz.

Os preguntaréis: ¿A que viene esto ahora?
Pues a que la mente en ocasiones nos hace pensar cosas extrañas y esta vez me ha tocado a mi.

Quizás ocurre por los acontecimientos diarios, que algo nos toca el timbre y pone en marcha la maquinaria del cerebro y nos hace pensar cosas que en otros momentos no hacemos, la verdad no lo se.

Ahora os pregunto yo: ¿Y a vosotros, no os ha pasado alguna vez?, sino con este tema con cualquier otro.
Y... ¿no os ha hecho reflexionar y ver las cosas o la vida de otro modo?


17 comentarios:

VEDLY dijo...

Si la verdad que más de una vez me a ocurrido lo mismo. La mente a veces nos juega malas pasadas.

Y cuando vuelves a la realidad, haces por cambiar aquellas cosillas de tu vida que no te gusta.

Saludos

Caty. dijo...

Tocaste mi fibra, yo me considero una persona optimista, pero en ocasiones, y sobre todo cuando mis hijos eran pequeños, se me encogía el corazon de pensar que yo les podía faltar.
Pero peor me sentía cuando pensaba que me podían faltar ellos y eso sí que me ponía mala,
Pero mi gran ayuda era Dios, rezaba un Padre Nuestro y en la parte que dice, “hágase tu voluntad”. Yo pedía que la voluntad de Dios fuese que eso no sucediera. Esas son una de las veces que yo digo que he visto a Dios. En la fuerza que me ha dado para disfrutar de mis hijos y desechar esos malos pensamientos, que por supuestos son humanos.

Bego dijo...

Vedly, lo mejor de estas malas pasadas es que nos sirven para conocernos un poco mas, o por lo menos ese es mi caso.

Bego dijo...

Caty, a mi el pensar en perderles a ellos es algo que no quiero que pase por mi cabeza, no se como podría seguir viviendo si me faltasen.

La muerte de un hijo, para los padres, debe ser lo peor que existe.
No se si existe consuelo alguno para superarlo, solo le pido a Dios que nunca tenga que averiguarlo.

Esto que leí ayer si que me hace tener pensamientos hermosos.

"No es fácil decir una palabra que pretenda dar sentido a lo vivido, cuando uno se ha rendido ya a la tragedia, y sabe que no puede buscar comprender lo que no tiene sentido. No es posible comprender. Sólo es posible, si uno tiene o le quedan fuerzas, acoger y aceptar, para musitar una plegaria, para que la vida siga adelante, para seguir ayudando a los que quedan, y poner el brazo para que se apoyen otros y para que uno experimente que la propia vida sigue sirviendo para alguien".

Kupfernikel dijo...

Siento ese miedo a menudo. Pero no puedo dejar que el temor me venza y dejar de disfrutar de cada momento. No sé qué pasará mañana, ni quién cuidaría de mi gente si yo faltara, por eso, en el día a día cultivo lo que sé entre los demás, por si algún día, alguien tiene que recoger mi cosecha.

En fin, espero que esos días grises sean el adelanto de miles de días azules y alegres, disfrutando de todo y todos los que te rodean.

Un saludo

Bego dijo...

Haces bien en pensar de ese modo.
Intenta no perder esa forma de pensar.

Un saludo.

Delia dijo...

Yo como bien sabes ya hemos hablado del tema, creo que los niños se adaptan mejor a las circunstancias de la vida que nosotros los adultos.
Nos extrañaran, nos recordaran, lloraran por nosotras pero continuaran con su vida.
A mi si me faltara alguna de mis niñas terminaria de morir del todo.
No encontraria consuelo alguno.
Y si ya no le doy importancia a la vida, esta claro que sin mis peques moriria segundo a segundo.
Yo puedo ver a mi hija rehacer su vida sin mi lo que no veo es que yo siga viviendo sin ellas.

Bego dijo...

Mas o menos se como piensas y también se que tus hijas son el motor de tu vida.

Como ya le dije a Caty, la muerte de un hijo, estoy segura de que es lo peor que se puede sufrir.

También estoy deacuerdo contigo en que los niños se adaptan a los cambios mejor que los adultos, pero el no tener a la persona que les cuida, que está pendiente de todas sus necesidades, debe ser complicado para ellos, sobre todo porque somos sus mamás.

Anónimo dijo...

Más de una y más de dos veces me ha ocurrido. La mente en esas cosas va por libre.

Un asludo

María dijo...

Todos como humanos sentimos ciertos temores sobre todo a la muerte, a la agonía, a las enfermedades, también tenemos miedo al abandono, a saber enfrentar los problemas, etc, yo soy una persona que no tiene miedo a las alturas, pero si a los miedos naturales.

Un beso y gracias por tu visita.

Aspective dijo...

Perdí a mi padre de joven, siendo yo el hermano mayor. Quizá fui el único que se dió cuenta de lo que había perdido. La adaptabilidad de mis hermanos (mi madre y yo hicimos un gran esfuerzo porque lo notasen lo menos posible)fue enorme y supongo que es ley de vida. Mi miedo va más en la dirección que indicaba Caty: perder a alguno de mis hijos. Es un pensamiento que, cuando me asalta, me angustia hasta el punto de tenerme que mover fisicamente y comenzar a hacer algo que me permita liberar la mente de una angustia paralizante.
Yo sigo, en ocasiones, echando de menos a mi padre. Mis hermanos, para su bien, no pueden echar de menos, ni casi acordarse, de alguien a quien no conocieron. Es triste pero es lo que permite seguir viviendo.

Mal bicho dijo...

No te preocupes por si les faltas y disfruta con ellos al maximo, porque entonces, cuando llegue el momento, te sentirás muy reconfortada.
Un beso desde A Coruña

Natacha dijo...

Claro, yo creo que todos hemos pensado con cierta angustia en la muerte.... pero (como tengo en mi blog de la oscuridad) La vida no es más que el camino hacia la muerte...
Hay que aceptarla, si ella no habría vida...
Un beso y no te angusties. Nada cambiará.
Natacha.

María dijo...

Venía a leer un nuevo post y a darte las gracias por tu visita a mi blog.

Un beso.

Bego dijo...

Estoy en ello, gracias por pasar por aquí.

Anónimo dijo...

Más de una vez, todas las mamis seguramente lo piensan en más de una ocasión, intentamos hacer las cosas lo mejor posible, intentamos no pensar en negativo pero evidentemente es dificil no hacerlo, les queremos y queremos disfrutar al máximo de ellos. La labor como madres es estar ahí, verles crecer, intentar que maduren y alcancen su propia felicidad. Pero el miedo a no tener tiempo de hacerlo es muy complicado de no tenerlo y menos aun de pensarlo.

Mejor intentemos pensar en cosas que nos hagan sonreír a nosotras y a ellos.

Lobita Esteparia dijo...

Querida Bego, te contaré que yo una mañana, me dirigía al trabajo, iba conduciendo y me acorde de unas palabras de mi hijo, ese día iba a la piscina, no le hacia ninguna gracia y me dice: Mamá, no quiero ir y si me ahogo? yo no le hice caso, pero sus palabras de repente, fueron el detonante de un pequeño ataque de pánico, pensé de todo....al final pude controlarme y por supuesto no paso nada. Pero...todas las madres tenemos temor, temor de no poder sacarlos adelante y hacerlos independientes.
Es nuestro instinto. Un abrazo y gracias por tus visitas...

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