RSS

sábado, 5 de julio de 2008

La Tristeza y la Furia.

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan permanentemente sin darse cuenta….
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas.

Había una vez…un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida – sin saber por qué – se bañó rápidamente y más rápidamente aún salió del agua…
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza…
Y así vestida de tristeza, la furia se fue…
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa no estaba.
A la tristeza no le gusta quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.

Desde ese día, la Furia viaja vestida de Tristeza y la Tristeza anda con la ropa de la Furia, colándose en nuestras vidas, como si nada.

Cuidado con la gente furiosa... Ya veis que no siempre es lo que parece...

6 comentarios:

Bego dijo...

Algunas personas tenemos por costumbre enfadarnos, para ocultar con el enfado las cosas que en realidad lo que nos hace es entristecernos, nos sirve de coraza, pero no nos damos cuenta de que, de ese modo podemos estar dañando a quienes nos rodea.

Delia dijo...

Muchas personas nos sentimos mal por dentro y sonreimos por fuera, no siempre hacemos daño con nuestros sentimientos.

PENSAMIENTO PROFUNDO

Cuando pienso en la vida
dos preguntas me hago:
"¿De dónde venimos y
adónde vamos?"
Como soy tan curiosa,
no pienso en otra cosa
y me sigo preguntando
si la vida es tan hermosa.
¿Por qué la vida
es como una rosa:
tiene espinas y pincha
pero huele y es hermosa?
¿Por qué la gente
se envidia, se muerde,
se pega, se entristece,
se empuja y enmudece?
A estas preguntas
yo no puedo contestar,
ya que la vida es tan extraña
y difícil de explicar

Bego dijo...

Creo que a veces hasta con los buenos sentimientos también podemos hacer daño, quizás involuntaria e inconscientemente.

Caty. dijo...

Pienso que esas personas de las que hablas, sobre todo se hacen daño a si mismas. Pero si que es verdad que pueden hacer sentir mal a los demas. Hay de todo en este mundo y aunque hay personas que causan dolor sin querer, hay otras que se sienten tan mal que tienen que hacer sentirse mal a los demas.
El mejor antidoto el optimismo, la mejor arma para convatir lo negativo.

Margot Sánchez dijo...

En algunos momentos de nuestra vida hemos hecho uso de "una coraza", no sólo por no mostrar nuestro sufrimiento sino para evitar que nos hagan daño. Es verdad que en determinadas cirscunstancias cumplen su función pero olvidamos quitárnosla para disfrutar del placer de hacer nuevos amigos conociendonos tal cual somos. Yo he usado la coraza de ser "distante" y demasiado seria y mirad a donde me ha llevado". Bsss.

Bego dijo...

Pero creo que te estas quitando tu coraza , y ahora ya tienes nuevas amigas que te estan conociendo y te aprecian.
Nos has mostrado un poco de ti que otras personas si que conocían y que por tu distanciamiento y por nuestras anticipadas conclusiones sobre ti, no habíamos visto.
Gracias por dejarnos conocerte.

Vuestros lugares.


contador blog